EL TIEMPO SIN FIN
Es imperceptible muchas cosas que nos suceden a diario y más si estamos envueltos en una monotonía determinada. Es normal pasar de todo y enfrascarnos siempre en los pendientes, en que haré cuando llegue a un lugar especifico, ya sea el trabajo, un ensayo, la casa, reunión con los amigos etc.
Muchas veces las horas se escapan de nuestras manos como agua entre los dedos. Las acciones que haces o que no hiciste pesan a medida que trascurren los minutos.
Es como viajar a la velocidad de la luz, sin pausa, sin detenerse, todo dura un segundo, por ejemplo esta semana se me fue volando, ayer parecía lunes y hoy, ¡hoy es viernes! y el cuerpo lo sabe... Jajaja.
El punto es que nos perdemos, entre buses, carros y caminatas de un lugar a otro para cumplir con algo en este mundo acelerado, cosas que se cumplen y se olvidan entre fases y fases de diagramas de flujo para la ejecución de un determinado proyecto.
Una impotencia que se acumula porque los hijos crecen, los padres envejecen y nosotros con ellos, porque para nadie ni nada se detiene.
Perdemos el tiempo en cosas banales, en redes sociales que ahogan, el mundo real es tan distinto, más de lo que me explicaron. La realidad muchas veces no se puede cambiar, pero si podemos mejorar nuestra situación en este sistema que consume y explota los sentimiento puros de los seres humanos.
Estamos hartos, todos, somos un sin fin de quejas del mundo, quejas de lo que pasa, quejas de lo que pasaría si... Todo a causa de poco tiempo que se tiene para hacer las cosas.
Todos los días es lo mismo, tiempo, cansancio y queja...
Siempre pensando en el futuro, en lo que haré después, pero olvidamos el ahora... Yo olvido mucho el ahora, muchísimo, constantemente, tengo cosas pendientes, cosas por hacer, pensar para efectuar hechos que ocasionarán que todo vaya bien a mi alrededor. Es buscar un poquitín la paz y librarme del estrés que vendría en caso de no hacer las cosas.
Muchas veces las horas se escapan de nuestras manos como agua entre los dedos. Las acciones que haces o que no hiciste pesan a medida que trascurren los minutos.
Es como viajar a la velocidad de la luz, sin pausa, sin detenerse, todo dura un segundo, por ejemplo esta semana se me fue volando, ayer parecía lunes y hoy, ¡hoy es viernes! y el cuerpo lo sabe... Jajaja.
El punto es que nos perdemos, entre buses, carros y caminatas de un lugar a otro para cumplir con algo en este mundo acelerado, cosas que se cumplen y se olvidan entre fases y fases de diagramas de flujo para la ejecución de un determinado proyecto.
Una impotencia que se acumula porque los hijos crecen, los padres envejecen y nosotros con ellos, porque para nadie ni nada se detiene.
Perdemos el tiempo en cosas banales, en redes sociales que ahogan, el mundo real es tan distinto, más de lo que me explicaron. La realidad muchas veces no se puede cambiar, pero si podemos mejorar nuestra situación en este sistema que consume y explota los sentimiento puros de los seres humanos.
Estamos hartos, todos, somos un sin fin de quejas del mundo, quejas de lo que pasa, quejas de lo que pasaría si... Todo a causa de poco tiempo que se tiene para hacer las cosas.
Todos los días es lo mismo, tiempo, cansancio y queja...
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La persistencia del tiempo de Salvador Dalí |
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